Cibervida y Ciberdependencia
- Amândio Pinto
- 27 jul 2021
- 2 Min. de lectura
Actualizado: 21 may 2023
Desde el inicio de la pandemia nos venimos acercando cada vez más a las TIC - son el instrumento necesario para estudiar, para trabajar, para el ocio y para la socialización. El incremento en el uso de Internet ha tenido un crecimiento exponencial. Se estima que durante el último año han sido usuarios activos cerca del 60% de la población mundial.
A pesar de todas las ventajas y facilidad que nos aporta este recurso (casi) al alcance de todos, no debemos desviar la mirada de los riesgos que conlleva. Ya antes de la pandemia los estudios nos llamaban a tener una mirada atenta sobre el creciente uso de las TIC en los contextos de familias, haciendo hincapié en la falta de supervisión de los niños y jóvenes. De esta forma el uso acérrimo de los últimos meses viene a potenciar el desarrollo de comportamientos de riesgo o a avivar fragilidades preexistentes.
Se sabe que en las franjas más jóvenes es donde existe mayor riesgo de surgimiento de comportamientos poco adaptativos, de dependencia o de ciberbullying. Si a este riesgo le sumamos las restricciones que promueven el aislamiento físico prolongado y las limitaciones sociales, es menester montar el arsenal de vigilancia necesario que nos permita mantener una relación saludable con las TIC y el uso de Internet - tanto por parte de jóvenes como adultos.
Los Psicólogos tienen un papel fundamental en la promoción de una relación saludable con las TIC.
La ciberdependencia se caracteriza genéricamente por la realización de actividades online de forma intensa y recurrente. Un aumento de las actividades de carácter virtual que llevan al individuo a una pérdida de control para salir del contexto virtual. El incremento de este tipo de conductas se materializa en una reducción del interés en la participación en las actividades cotidianas, alejamiento social con sus consecuencias emocionales y relacionales, al igual que el degradar del rol familiar y de las responsabilidades laborales o académicas.
Aunque el juego online es el único que tiene clasificación para diagnóstico por los principales Manuales, no quiere decir que no haya otros comportamientos que sea susceptibles de atención clínica como las redes sociales, las apuestas, la pornografía, las búsquedas y las compras online.
Los Psicólogos tienen un papel fundamental en la promoción de una relación saludable con estos recursos cada vez más necesarios para el desenvolver de muchas de nuestras actividades diarias. Así como en el desarrollo de programas de prevención e intervención para promoción de comportamientos online saludables.

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