
1 . Descripción del TDAH y sus síntomas
El Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH), desde una perspectiva clínica, es una condición que se caracteriza por la presencia de síntomas como la falta de atención, la hiperactividad y la impulsividad (entre otros...). Estos síntomas pueden manifestarse de manera diferente en niños y adultos, pero en general, afectan significativamente la capacidad de concentración, el control de los impulsos y la regulación emocional y del comportamiento.
Investigaciones neurobiológicas han revelado alteraciones en la estructura y función del cerebro de individuos con TDAH. Estudios de neuroimagen han demostrado diferencias en la morfología y conectividad de regiones cerebrales clave involucradas en la atención, el control inhibitorio y la regulación emocional, como el córtex prefrontal, el cuerpo estriado y el cerebelo (Frodl & Skokauskas, 2012). Estas características distintas pueden contribuir a los síntomas característicos del TDAH, como la falta de atención y la impulsividad.
Además, se ha observado alteración en el sistema dopaminérgico, especialmente en la vía mesocorticolímbica, que está implicada en la recompensa y la motivación. La disminución de la disponibilidad de dopamina en estas regiones puede afectar la capacidad de los individuos con TDAH para regular su atención y comportamiento (Volkow et al., 2009).
Estudios de gemelos y familias han demostrado que los genes juegan un papel significativo en la susceptibilidad al TDAH. Se han identificado varios genes candidatos asociados con el problema, incluidos aquellos relacionados con la regulación dopaminérgica, la neurotransmisión glutamatérgica y la función del receptor de acetilcolina (Thapar et al., 2013). Sin embargo, el TDAH es un trastorno poligénico y multifactorial, lo que significa que múltiples genes y factores contribuyen a su desarrollo y expresión clínica. Además, se cree que la interacción entre factores genéticos y ambientales juega un papel importante en la etiología de la problemática.
2 . Consumo de drogas y su prevalencia
El consumo de drogas abarca una amplia gama de sustancias, desde el alcohol y el tabaco hasta drogas ilegales como la marihuana, la cocaína y los opioides. Este fenómeno constituye un importante problema de salud pública en todo el mundo, con consecuencias graves para la salud física, mental y social de los individuos.
La prevalencia del consumo de drogas varía según el tipo de sustancia y la población estudiada, pero en general, es un fenómeno extendido que afecta a personas de todas las edades y grupos sociales. La presión de grupo, el estrés, la disponibilidad de drogas y otros factores pueden influir en la iniciación y el mantenimiento del consumo de drogas. Según el Informe Mundial sobre Drogas de las Naciones Unidas de 2020, se estima que alrededor de 269 millones de personas, es decir, el 5.4% de la población mundial entre 15 y 64 años, consumieron drogas al menos una vez en 2018 (Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito, 2020).
Los factores sociales, como la disponibilidad y accesibilidad de las drogas, la presión de grupo y la percepción social del consumo de drogas, también desempeñan un papel importante en el inicio y la persistencia del consumo de drogas. Además, los determinantes estructurales y económicos, como el desempleo, la pobreza y la falta de acceso a servicios de salud, pueden aumentar la vulnerabilidad al consumo de drogas en determinadas poblaciones.
3 . La asociación entre el TDAH y el consumo de drogas
Investigaciones recientes han sugerido una posible asociación entre el TDAH y el consumo de drogas. Se ha observado que las personas con TDAH tienen un mayor riesgo de involucrarse en el consumo de sustancias en comparación con aquellas sin este trastorno. Sin embargo, la naturaleza exacta de esta relación y los mecanismos subyacentes aún no se comprenden completamente.
Esta asociación plantea importantes interrogantes y desafíos tanto desde una perspectiva clínica como de salud pública. Comprender mejor la relación entre el TDAH y el consumo de drogas es crucial para desarrollar estrategias efectivas de prevención, detección temprana y tratamiento para ambas condiciones.
Diversos estudios epidemiológicos han abordado la prevalencia del consumo de drogas en individuos diagnosticados con Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH). Por ejemplo, un metaanálisis realizado por Flory, et al. (2006), examinó múltiples estudios epidemiológicos y encontró una asociación significativa entre el TDAH y el aumento del riesgo de desarrollar trastornos por consumo de sustancias, como el abuso de alcohol y drogas ilícitas. De la misma forma, el estudio de Wilens, et al. (2007), demostró que los adolescentes con TDAH tenían una probabilidad significativamente mayor de experimentar problemas relacionados con el abuso de sustancias en comparación con aquellos sin TDAH.
4 . Discusión de los factores de riesgo que contribuyen al consumo de drogas en personas con TDAH
Varios factores de riesgo pueden contribuir al aumento del consumo de drogas en personas con TDAH. Estos incluyen factores genéticos, neurobiológicos, psicológicos y ambientales. Además, las dificultades cognitivas y emocionales asociadas con el TDAH, como la impulsividad y la búsqueda de emociones, pueden aumentar la probabilidad de experimentar con drogas como una forma de automedicación (Wilens, et al., 2007). Los factores ambientales, como el entorno familiar y el acceso a drogas, también pueden desempeñar un papel importante en el desarrollo del consumo de drogas en personas con TDAH (Molina, et al., 2007).
En conjunto, estos hallazgos resaltan la importancia de abordar la relación entre el TDAH y el consumo de drogas desde una perspectiva integral, teniendo en cuenta una variedad de factores de riesgo y mecanismos subyacentes. El entendimiento de estos factores puede informar estrategias preventivas y terapéuticas dirigidas a mitigar los riesgos asociados con el consumo de drogas en personas con TDAH.
5 . Implicaciones para la práctica clínica y las políticas de salud pública destinadas a abordar esta comorbilidad
Las conclusiones de esta revisión tienen importantes implicaciones para la práctica clínica y las políticas de salud pública. Es fundamental que los profesionales de la salud mental estén capacitados para identificar y abordar la comorbilidad entre el TDAH y el consumo de drogas en sus pacientes. Esto puede implicar la implementación de evaluaciones rutinarias del consumo de drogas en individuos con TDAH y el desarrollo de intervenciones integradas que aborden simultáneamente ambos trastornos.
La asociación entre el TDAH y el consumo de drogas es un área de investigación y práctica clínica en evolución que requiere una atención continua y un enfoque integral para abordar eficazmente esta comorbilidad y mejorar los resultados de salud para las personas afectadas.
Tanto los consumos de drogas como el TDAH puede impactar la vida de personas de todas las edades y orígenes. Si te encuentras lidiando con esta dificultad o conoces a alguien que lo esté, recuerda que hay profesionales disponibles para brindar el apoyo necesario. En Agere Psicología cuidamos los detalles y trabajamos desde un enfoque integrador. No dudes en comunicarte conmigo si necesitas orientación o información adicional. Estamos aquí para ayudarte de manera discreta, respetuosa y profesional.
6. Bibliografía
Chronis, A. M., Lahey, B. B., Pelham, W. E., Kipp, H. L., Baumann, B. L., & Lee, S. S. (2010). Psychopathology and substance abuse in parents of young children with attention-deficit/hyperactivity disorder. Journal of the American Academy of Child & Adolescent Psychiatry, 49(6), 538–547.
Ellickson, P. L., McCaffrey, D. F., Ghosh-Dastidar, B., & Longshore, D. L. (2003). New inroads in preventing adolescent drug use: Results from a large-scale trial of Project ALERT in middle schools. American Journal of Public Health, 93(11), 1830–1836.
Evans, S. W., Owens, J. S., & Bunford, N. (2014). Evidence-based psychosocial treatments for children and adolescents with attention-deficit/hyperactivity disorder. Journal of Clinical Child & Adolescent Psychology, 43(4), 527–551.
Kooij, S. J., Bejerot, S., Blackwell, A., Caci, H., Casas-Brugué, M., Carpentier, P. J., ... & Asherson, P. (2010). European consensus statement on diagnosis and treatment of adult ADHD: The European Network Adult ADHD. BMC Psychiatry, 10(1).
Riggs, P. D., Hall, S. K., Mikulich-Gilbertson, S. K., Lohman, M., & Kayser, A. (2011). A randomized controlled trial of pemoline for attention-deficit/hyperactivity disorder in substance-abusing adolescents. Journal of the American Academy of Child & Adolescent Psychiatry, 50(2), 200–209.
Wilens, T. E. (2008). Pharmacotherapy of ADHD in adults. Journal of Clinical Psychology, 69(9), 145–156.
Flory, K., Molina, B. S. G., Pelham, W. E., Gnagy, E., & Smith, B. (2006). Childhood ADHD predicts risky sexual behavior in young adulthood. Journal of Clinical Child & Adolescent Psychology, 35(4), 571–577.
Franke, B., Neale, B. M., & Faraone, S. V. (2009). Genome-wide association studies in ADHD. Human Genetics, 126(1), 13–50.
Lee, S. S., Humphreys, K. L., Flory, K., Liu, R., & Glass, K. (2011). Prospective association of childhood attention-deficit/hyperactivity disorder (ADHD) and substance use and abuse/dependence: A meta-analytic review. Clinical Psychology Review, 31(3), 328–341.
Molina, B. S. G., Hinshaw, S. P., Swanson, J. M., Arnold, L. E., Vitiello, B., Jensen, P. S., Epstein, J. N., Hoza, B., Hechtman, L., Abikoff, H. B., Elliott, G. R., Greenhill, L. L., Newcorn, J. H., Wells, K. C., Wigal, T., Gibbons, R. D., Hur, K., Houck, P. R., & MTA Cooperative Group. (2007). The MTA at 8 years: Prospective follow-up of children treated for combined-type ADHD in a multisite study. Journal of the American Academy of Child & Adolescent Psychiatry, 46(8), 989–1002.
Sibley, M. H., Pelham, W. E., Molina, B. S. G., Coxe, S., Kipp, H., Gnagy, E. M., … Kuriyan, A. B. (2014). The role of early childhood ADHD and subsequent CD in the initiation and escalation of adolescent cigarette, alcohol, and marijuana use. Journal of Abnormal Psychology, 123(2), 362–374.
Wilens, T. E., Martelon, M., Joshi, G., Bateman, C., Fried, R., Petty, C., & Biederman, J. (2007). Does ADHD predict substance-use disorders? A 10-year follow-up study of young adults with ADHD. Journal of the American Academy of Child & Adolescent Psychiatry, 46(12), 168–177.
Barkley, R. A. (2014). Attention-deficit hyperactivity disorder: A handbook for diagnosis and treatment (4th ed.). Guilford Press.
Marshal, M. P., Molina, B. S. G., & Pelham, W. E. (2008). Childhood ADHD and adolescent substance use: An examination of deviant peer group affiliation as a risk factor. Psychology of Addictive Behaviors, 22(2), 185–194.
Molina, B. S. G., & Pelham, W. E. (2003). Childhood predictors of adolescent substance use in a longitudinal study of children with ADHD. Journal of Abnormal Psychology, 112(3), 497–507.
Rubia, K., Halari, R., Cubillo, A., Smith, A. B., Mohammad, A. M., Brammer, M., & Taylor, E. (2009). Methylphenidate normalizes fronto-striatal underactivation during interference inhibition in medication-naive boys with attention-deficit hyperactivity disorder. Neuropsychopharmacology, 34(2), 225–237.
Volkow, N. D., Fowler, J. S., Wang, G. J., Telang, F., Logan, J., Wong, C., Ma, Y., Pradhan, K., Benveniste, H., & Swanson, J. M. (2009). Methylphenidate decreased the amount of glucose needed by the brain to perform a cognitive task. PLoS ONE, 4(12), e8454.
Wills, T. A., & Stoolmiller, M. (2002). The role of self-control in early escalation of substance use: A time-varying analysis. Journal of Consulting and Clinical Psychology, 70(4), 986–997.
Banerjee, T. D., Middleton, F., & Faraone, S. V. (2007). Environmental risk factors for attention-deficit hyperactivity disorder. Acta Paediatrica, 96(9), 1269–1274.
Faraone, S. V., Biederman, J., & Monuteaux, M. C. (2005). Attention deficit hyperactivity disorder with bipolar disorder in girls: Further evidence for a familial subtype? Journal of Affective Disorders, 87(1), 69–75.
Frodl, T., & Skokauskas, N. (2012). Meta-analysis of structural MRI studies in children and adults with attention deficit hyperactivity disorder indicates treatment effects. Acta Psychiatrica Scandinavica, 125(2), 114–126.
Russell, A. E., Ford, T., Williams, R., & Russell, G. (2015). The association between socioeconomic disadvantage and attention deficit/hyperactivity disorder (ADHD): A systematic review. Child Psychiatry & Human Development, 46(6), 895–905.
Sagiv, S. K., Thurston, S. W., Bellinger, D. C., Tolbert, P. E., Altshul, L. M., Korrick, S. A. (2013). Prenatal organochlorine exposure and behaviors associated with attention deficit hyperactivity disorder in school-aged children. American Journal of Epidemiology, 179(2), 145–154.
Thapar, A., Cooper, M., Eyre, O., & Langley, K. (2013). What have we learnt about the causes of ADHD? Journal of Child Psychology and Psychiatry, 54(1), 3–16.
Volkow, N. D., Wang, G. J., Newcorn, J., Telang, F., Solanto, M. V., Fowler, J. S., … & Swanson, J. M. (2009). Depressed dopamine activity in caudate and preliminary evidence of limbic involvement in adults with attention-deficit/hyperactivity disorder. Archives of General Psychiatry, 66(8), 889–897.
Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito. (2020). Informe Mundial sobre Drogas 2020. Recuperado de https://www.unodc.org/documents/data-and-analysis/WDR2020/press/World_Drug_Report_2020_exsum_spanish.pdf
Comments